La mayoría de recién nacidos pierden peso durante los primeros días de vida generalmente un 10% de su peso corporal, o sea 350 gramos si sólo pesa entre 3200 y 3600 gramos. El fenómeno es normal y se debe a la pérdida de orina, heces y sudor. Durante los primeros días de vida, el bebé recibe algo de alimento o agua para reponer la pérdida. Los bebés prematuros pierden más peso que los bebés a término y también pueden tardar más en recuperarlo. Por otra parte, los bebés que son pequeños para su edad gestional suelen engordar rápidamente. Por lo general, casi todos los recién nacidos recuperan el peso que tenían a los diez días; a los cinco meses seguramente ya lo habrán duplicado, y hacia el final del primer año lo habrán triplicado.

Fuente: Stone, Eddleman & Duenwald

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